La matanza

Ficha

Identificación
La matanza
Identificador del elemento de patrimonio inmaterial
PI2119A5
Localización
Comunidades, grupos, localidades o individuos involucrados
Comunidad local.
Grupos familiares extensos y comunidad local.
Dimensión geográfica del elemento
Funciones sociales y culturales del elemento patrimonial
El acto de la matanza puede ser descrito como un hechos social total, al modo como lo describe Marcel Mauss. Hay en él una parte económica, pero de una manera muy intensa también social y ritual. El acto en sí de la matanza se encuentra fuertemente regulado. Cada miembro de la familia conoce su papel, y trata de desempeñarlo con la mayor eficiencia y destreza que le sea posible. Desde el punto de vista social, es un acto, como otros muchos que refuerza la cohesión familiar y grupal, y fomenta la solidaridad entre grupos, aunque también, como acto ritual que es, en determinadas ocasiones supone el momento de hacerse visibles las tensiones familiares.
Medidas de salvaguarda y riesgo
Si bien, la cotidianidad del acto ritual ha ido desapareciendo en muchos de las localidades de la Tebaida berciana, podemos decir que se mantiene de un modo residual debido al envejecimiento de la población y los procesos migratorios. Ahora bien, es un momento festivo que se recuerda de un modo muy nítido en la memoria de los habitantes del lugar.
Descripción etnográfica
La matanza y su valor antropológico toma sentido si tenemos en consideración la importancia que el cerdo o el gocho, como se le denomina en estos valles, ha tenido en la cultura y en la alimentación tradicional. La matanza se llevaba a cabo al comienzo del invierno con los primeros fríos y suponía una actividad marcada por una regulación férrea y tradicional. Estaban repartidos los trabajos, tal y como se puede escuchar en el documento etnográfico que se adjunta. Los hombres se encargaban de tumbar al cerco y darle muerte. Este es un trabajo que no estaba reservado a cualquiera, al contrario, era un trabajo experto y muy bien valorado por el riesgo que entrabañaba. A continuación era asignado como tarea masculina el vaciar el cerdo, es decir, irle separando las partes del mismo para su posterior tratamiento. Es también un trabajo delicado pues la carne, si no se separa bien se puede estropear. Y, generalmente a las mujeres les correspondía lavar las tripas para embutir. Del mismo modo que las tareas anteriores, esta actividad requiere un saber hacer atesorado por los grupos femeninos de la localidad. Se lavaban las tripas pequeñas de un modo, y las grandes de otro distinto, y se preparaban para la posterior elaboración de los chorizos. Las distintas piezas del cerdo tenían un tratamiento distinto, pues requerían de un cuidado específico para que pudieran secarse del modo adecuado.
Conjuntos de fichas
Fecha de creación
November 1, 2021
Fecha de modificación
December 29, 2021