Bienes históricos o artísticos

Inventario de Bienes Muebles en diversas localidades del Municipio de Ponferrada. Incluye la actualización de los Inventarios de Bienes Muebles de la Iglesia Católica sobre las bases de datos existentes, así como la elaboración de nuevos inventarios del Patrimonio Mueble de titularidad municipal. 
  • Montes de Valdueza. Ermita de la Santa Cruz

    Pequeño edificio, recientemente restaurado, de nave única y planta cuadrangular. Erigida a comienzos del siglo XVIII, conserva cuatro réplicas de piedras de origen visigodo encima de su único acceso, origen de esta ermita. Se encuentra a las afueras del pueblo de Montes de Valdueza, al pie del camino que conduce a la Herrería de los Monjes, y conserva un sencillo mobiliario litúrgico, concentrado en su retablo mayor.
  • Villar de los Barrios. Ermita del Santo Cristo

    A la entrada de Villar de los Barrios nos recibe la Ermita del Santo Cristo, edificación de 1627, reformada en 1830. Al exterior, su sobriedad va condicionada por el áspero aparejo de su fábrica, a base de una mezcla de sillarejo y mampostería cuarcítica, con sillares de correcta labra en caliza y granito para vanos, esquinas, y cornisas. Al exterior se manifiesta su sencilla planta, pese a la adición de diversos volúmenes a su alrededor. El cuerpo central corresponde a la nave, de notable desarrollo tanto en altura como en longitud. Al norte se añadió un amplio pórtico para cobijar a los fieles durante las celebraciones, abierto con tres arcos a septentrión y otro más al oeste. A la izquierda del pórtico, una gran construcción de forma cúbica corresponde a la sacristía. Tanto esta, como la propia cabecera del templo se manifiestan en el alzada oriental, con su característicos aparejo y tres ventanas rectangulares, dos pertenecientes al primer espacio, otra al camarín adosado al testero. La amplitud de este último se percibe en el alzado sur puesto que el cuerpo de la iglesia es ligeramente más ancho que el espacio añadido. Pero el punto más llamativo de la ermita es su fachada oeste, erigida en distintos materiales y articulada principalmente en dos cuerpos. El inferior se abre por medio de una fachada clasicista con pilastras lisas, arco de medio punto sobre impostas molduradas, arquitrabe próximo a las formas canónicas y tímpano triangular partido en su centro para albergar una pequeña hornacina. Aunque a mitad de este cuerpo encontramos un ligero resalte, lo cierto es que el corte no se produce hasta unas hiladas más arriba, conde una imposta lisa y saliente anuncia el arranque de la espadaña. En ella encontramos balcón volado, y dos cuerpos de troneras el primero con dos huecos y el segundo con uno y de menor tamaño. Como si de una superposición de piezas se tratase, en esta ascensión encontramos aletones laterales, molduradas recercadas y pirámides vignolescas. Al interior, la arquitectura resulta igualmente sobria, con muros parcialmente encalados, excepto donde se muestra la sillería, que corresponde a las pilastras que compartimentan la nave en tres tramos mas la cabecera y el camarín. Su cubierta se efectúa por medio de bóvedas de lunetos lisas, de yeso, algún tramo de cañón y una cúpula de media naranja en el espacio del trasaltar. Frente a esta sobriedad desborda el conjunto mobiliario, una soberbia colección de retablos barrocos y rococós, próximos en cronología y ricos en iconografía y tipología. Especialmente relevante es el de la capilla mayor, a modo de retablo transparente y donde se ubica la imagen titular del templo.
  • Lombillo. Ermita de Nuestra Señora de la Encarnación

    La pequeña ermita de Lombillo hace las veces en realidad de iglesia parroquial al compartir el templo de San Martín -verdadera parroquia- con la vecina localidad de Salas de los Barrios. Se trata de un recogido edificio de planta rectangular, construido en sillarejo y mampuesto, si exceptuamos ciertos refuerzos de sillería que se disponen en los puntos estructuralmente más débiles del edificio. Los muros laterales son totalmente lisos, con alguna pequeña ventana a la altura del presbiterio y sendos contrafuertes que marcan el paso a la capilla mayor. Su cabecera es cuadrangular y su testero recto. Ninguna concesión a lo decorativo encontramos en esta parte del edificio. Más relieve adquiere la fachada principal, con arco de medio punto de buenas dovelas en su centro y sobre ella una minúscula hornacina y una ventana rectangular que aporta luz tanto al coro como a la oscura nave. Por diversos desconchones y catas realizadas en este frente es apreciable que el material con que se construyó es idéntico al resto del templo, aunque aquí se encuentra mayormente oculto por un grueso revoco. Corona la fachada una moderna espadaña de piñón triangular, moldura separadora y remates ornamentales concebida para alojar una única campana en su tronera de arco de medio punto. El sobrio interior, cubierto a dos aguas y con techumbre de yeso en la nave y con armadura de madera en la cabecera, hermana bien con el exterior. A pesar de ello, conserva un conjunto retablístico de interés, con tres piezas de época barroca, en la que el mayor descolla por su buena hechura y por la inclusión en su imaginería de imágenes de cronología anterior que quizá nos estén hablándo de un retablo anterior o incluso de un edificio primitivo.
  • San Esteban de Valdueza. Ermita de Nuestra Señora de Folibar

    En un altozano alejado de la localidad de San Esteban, quedan hoy solo los retazos de su caja de muros y buena parte de su esbelta torre de tres cuerpos, el inferior con portada de acceso, el intermedio macizo y el superior con vanos para campanas. Hasta el siglo XVIII tuvo consideración de iglesia parroquial según consta en la documentación. Su imagen titular se conserva en una hornacina lateral del retablo mayor de la iglesia de San Esteban de Valdueza
  • San Clemente de Valdueza. Iglesia de San Clemente

    Humilde edificio levantado en 1704 en la parte alta del pueblo, trasladado del solar original de la iglesia anterior por problemas de inundaciones. Consta de nave única, cabecera recta, estancias anexas y poderosa espadaña a los pies. En su interior conserva un par de retablos, el mayor y uno lateral dedicado a la Virgen del Rosario. A mayores, sus muros exhiben alguna otra talla de interés de época barroca.
  • San Clemente de Valdueza. Cementerio

    Por tradición oral se viene adscribiendo a este cementerio la presencia de un arco “de herradura”, de existencia dudosa, que sería indicio de un antiguo edificio religioso.
  • Montes de Valdueza. Iglesia de San Pedro

    De origen visigodo, y reconstruido a comienzos del siglo X, la parte conservada más antigua es el templo monástico benedictino, de estilo románico, convertido en iglesia parroquial después de la Desamortización. Consta de tres naves, rematadas por sendas cabeceras de planta semicircular, y torre a los pies. Conserva el acceso sur (románico) y otro neoclásico al oeste. Es el edificio referencial de todo el valle, contó con claustro (s. XVI), patio y restos de ampliaciones monásticas. Actualmente se encuentra en fase de ruina consolidada, con la panda oriental rehabilitada. Destaca su célebre lápida fundacional, de la época de san Genadio, y la gran cantidad de mobiliario litúrgico de su interior, donde impera el estilo barroco, pues el templo conoció una extraordinaria renovación en el siglo XVIII. Cada una de sus tres cabeceras alberga un retablo, dedicados a San Pedro (central), San Genadio (norte) y a la Virgen de la Guiana (sur). Otros dos en los machones que flaquean la capilla mayor, dedicados a San Benito (norte) y Santa Gertrudis (sur), y un retablo pintado, de estilo neogótico, en el hastial norte del transepto. La iglesia tiene un doble coro, uno en la nave central y otro sobre la tribuna. Capítulo aparte merece la sacristía, un espacio rococó de privilegiada conservación. Las dependencias monásticas, articuladas en torno a un claustro renacentista y un patio, se conservan a modo de ruina consolidada. La panda oriental del patio se ha rehabilitado en la segunda década del siglo XXI.
  • San Esteban de Valdueza. Iglesia de San Esteban

    Iglesia de nave única, cabecera destacada en anchura y altura y torre espadaña a los pies. Engaña su sobriedad exterior pues otrora contó con varias capillas y espacia adosados hoy desaparecidos. Aunque toda ella se levantó en mampostería su portada, de sillería, conserva molduraciones aparentemente labradas en el tránsito del gótico al renacimiento. Los tres tramos de su nave rectangular conservan un interesante conjunto retablístico, fechable entre los siglos XVII y XVIII, a mayores del sobresaliente retablo mayor, donde entre tallas barrocas llama la atención la Virgen de Folibar, imagen medieval traída desde la arruinada ermita de su nombre.
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