Bienes inmateriales

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  • Molinos "las Redigadas"

    En San Pedro de Montes había cuatro molinos, dos de ellos eran de propiedad y de uso privado o privativo, de modo que no participaban generalmente de su uso los habitantes del pueblo. Eran propiedad del Monasterio. Los molinos que eran de propiedad comunal eran dos y se conocían con el nombre de “las redigadas”. Estos molinos aprovechaban la fuerza del agua de los arroyos de las Furnias y del arroyo de Valdecarretas, arroyos que vierten sus aguas al río Oza y que en el invierno y en época de crecida acogen un buen caudal de agua con la fuerza suficiente para realizar la molienda. Estos molinos se regulaban habitualmente a través de un derecho de molienda que se podía comprar para uno mismo, pero también se podía comprar el derecho de molienda de otra persona que no necesitase moler o bien que ya hubiera abandonado el pueblo. En una crecida el río destruyó estos antiguos molinos conocidos como las redigadas y el pueblo construyó otros dos en un lugar más cercano que aún se mantienen. El molino que se encuentra cercano a la carretera tiene una planta rectangular, las paredes se encuentran en buen estado, se percibe la canalización de entrada del agua a la maquinaria, pero más arriba, la canalización se encuentra tapada por la maleza y está perdida. Respecto al mecanismo está completo y bien cuidado.
  • Fuente Los Chanos.

    Las fuentes han sido objeto de control y de disputa desde tiempos inmemoriales y la lucha por el agua continúa. En la localidad de San Pedro de Montes la posesión del agua era una señal de dominio sobre lo natural y lo sobrenatural. La fuente de los Chanos es una fuente muy peculiar puesto que se sitúa en un lugar donde el agua se regulaba en tiempos monásticos por la propia orden religiosa, y cuando no tenían necesidad de ella, ya podía el pueblo disponer de ella. Por tal motivo y labrado en piedra de granito se pueden ver las canalizaciones hacia un lado y hacia otro en función de un procedimiento rudimentario, artesano pero de gran ingenio que se conserva bien restaurado. Actualmente el agua estaba perfectamente canalizada hasta su lugar de recepción correspondiente. En la actualidad ya se ha perdido la canalización y el agua, en época de abundancia de ella se desparrama por el camino de ascenso.
  • Fuente El Rabaneo.

    Se desconoce la fecha de la construcción, si bien está bien documentada la fecha de la renovación de la fuente y del lavadero que fue hace unos 20 años por indicación del alcalde pedáneo correspondiente. La fuente actualmente está en desuso habitual, pero tiene una gran importancia para la historia de la localidad tal y como se puede percibir en la memoria de los habitantes de Villanueva, por tal motivo consideramos que la renovación que se hizo de la misma no tuvo en cuenta estos aspectos y se transformó su forma original perdiendo también valor el lugar. La importancia etnográfica de este elemento radica en su relación con otras dos fuentes que nos permiten conocer el origen del poblamiento de Villanueva. La primera de las fuentes es conocida con el nombre de ARANTIGUA. Esta fuente se sitúa en las laderas arriba y es el primer punto de toma de agua que se recuerda en la memoria de los habitantes de Villanueva. Actualmente se encuentra tapada por la maleza y con un acceso imposible. En una etapa posterior el poblamiento fue descendiendo en dirección hacia el río y se abandonó por tanto esta primera toma de agua. Es necesario recordar la importancia de las fuentes y manantiales en un contexto donde todavía no hay canalizaciones regulares ni, por supuesto agua corriente. La segunda toma de agua una vez que el poblamiento había cambiado es el conocido como el POZO DEL TRUCHEIRO. Es un manantial que actualmente ha sido también radicalmente modificado y que se encuentra tapado y sin posibilidad de uso. Solamente en época de aumento del caudal el agua desborda y mana hacia fuera. Ha sido muy importante para la comunidad pues ha sido durante mucho tiempo el lugar de donde se obtenía el agua para beber, y además se obtenía el agua necesaria para las labores del horno comunal. Durante algún tiempo esta toma de agua fue muy importante y se complementaba con la fuente de El RABANEO que contaba a su vez con un lavadero que como dejó de ser funcional, en la renovación de la fuente desapareció. Solamente se puede percibir la forma del mismo.
  • Cernir el grano

    En los valles de la Tebaida berciana cuando se habla de "el pan" no solamente se refieren sus pobladores al producto ya elaborado, sino que este término describe otros muchos elementos que intervienen en el proceso. Por ejemplo, es frecuente escuchar la referencia a "la hoja del pan" para referirse a la parte del territorio que está destinado al cultivo generalmente del trigo, aunque también en algunos casos al terreno en el que se cultiva "cebada". También se utiliza el término para referirse a otra parte del proceso de elaboración del producto, como es la obtención del grano y el proceso de ceñido del mismo. Recogemos en este audio la descripción del proceso de "cernir el grano", o el proceso conocido como el cribado. En él se utilizan unos cribos o cribas especiales denominadas "piñeiras" que son instrumentos de cedazo muy tupido utilizado para cernir la harina antes de amasar y de cocer el pan y que tenía como finalidad dejar pasar solamente la parte de más fina del grano y desechar la parte más gruesa que era destinada para la alimentación del ganado.
  • El coste de la vida ( patatas )

    La reproducción social en poblaciones de montaña ha resultado muy difícil. Tanto el invierno con las copiosas nevadas que se mantienen en la memoria oral, como el trabajo a destajo de los veranos hacían que la vida fuese tremendamente costosa sobre todo en energía consumida. Esto ha repercutido, sin duda, en los procesos migratorios que se ha sucedido a lo largo del tiempo. Raro es una familia no tenga al menos a uno de sus miembros que ha emigrado en algún momento, bien en la primera ola migratoria a Latinoamérica o bien ya en la segunda donde muchas personas de estos valles emigraron a probar suerte en varios países europeos, sobre todo Suiza y Francia. Algunos otros procesos migratorios de los pueblos de la Tebaida llevaron a algunos de sus habitantes al Norte de España. Es significativo el número de personas que han pasado un tiempo como emigrantes y que luego han regresado y han construido sus casas nuevas o bien renovados las casas familiares. El audio que presentamos recoge el testimonio de la dureza de la vida en la montaña, en concreto en la localidad de Montes de Valdueza. Dos eran los productos alimentarios de enorme importancia, uno de ellos “el pan” y otro la patata.
  • Paisaje humanizado I ( bancales)

    La producción en las zonas de montaña adolece de extensiones grandes y planas de terreno sobre la que trabajar, por eso, era frecuente la creación de bancales que servían para fijar la tierra y para cultivarla. Los terrenos más cercanos se dedicaban a la huerta, los que estaban más cerca del río y de las casas, también en muchos casos allí se sitúan las eras como los espacios para majar, y luego ya en los bancales e incluso en laderas empinadas la producción era sobre todo de patatas y cereal, trigo en las laderas más cercanas, las conocidas como laderas del pan, y luego el centeno. Estos bancales protegían sobre todo de las avalanchas de agua en torrente por el valle abajo en momentos de grandes tormentas de final de verano o de grandes deshielos.
  • Labrar pizarra. El Cembón.

    Los modos de supervivencia en entornos de montaña hostiles pasaba por aprovechar al máximo los recursos naturales que se encontraban alrededor. Desde la fabricación de la cal a partir de las piedras calizas hasta la producción de la pizarra. Antes de la extracción y producción industrial de la misma, el proceso de realizaba artesanalmente y conllevaba el proceso de labrado de la piedra. Junto a esto, el audio que presentamos nos da cuenta del conocimiento toponímico del lugar y de las distintas posibilidades de aprovechamiento que se plantean en la localidad. Así se citan lugares que se corresponden con vetas de pizarra de dónde se extraía el mineral. El cullado y el cembón son dos términos que describen estos lugares en Montes de Valdueza.
  • El calero.

    El calero describe el lugar donde se fabricaba la cal. Esta técnica artesanal ha desaparecido, si bien, en las sociedades tradicionales ha sido enormemente importante y por eso debe ser reseñada y documentada. En la actualidad este producto se fabrica de modo industrial. Sin embargo hay que tener en cuenta que en los valles de la Tebaida, y hasta hace prácticamente una generación se fabricaba de modo artesanal en distintos lugares y uno de ellos se encontraba en la localidad de San Pedro de Montes, en las afueras del pueblo. Se necesita, por tanto, de forma inicial la materia prima que es la piedra caliza. Tal y como percibimos en la explicación del audio, no servía cualquier piedra. Se requiere un conocimiento transmitido para diferenciar los tipos de piedra, que aquí se describen como "macho" y "hembra". Solamente se utilizaba la piedra macho. En las caleras se distinguía claramente la parte del hogar o del fuego de la parte más alta donde se quemaban las piedras hasta deshacerlas para convertirlas en cal. Los usos de la cal en las sociedades tradicionales han sido muy variados. El principal ha sido su utilización como argamasa para la construcción y en forma de lechada para blanquear edificios. En edificios religiosos se ha usado para recubrir las paredes y posibilitar la pintura con la técnica del fresco. Pero también ha sido útil para desinfectar árboles y del mismo modo, como desinfectante en enfermedades contagiosas. Ha tenido también un efecto de prevención ante epidemias y enfermedades. Se ha usado para secar el aire en espacios cerrados e incluso para curar las molestias causadas por las diarreas y los vómitos. Han sido numerosas las familias y las generaciones que han vivido de la producción artesanal de la cal, y a pesar de su desaparición, la profesión se mantiene a veces en numerosos apellidos.