Fichas
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Cajonera
Mueble para guardar ornamentos y vestiduras litúrgicas. En este caso se trata de un sencillo modelo compuesto por tres grandes cajones que ocupan toda la superficie. Los cajones van recercados con una moldura rectangular y muestran en su frente una pareja de aldabas de forja con una venera en su frente. De la estricta funcionalidad del modelo se escapan tan sólo los paneles laterales, divididos en cuatro cuartones tallados con una especie de telas plegadas, muy habituales en el mobiliario de carácter popular del siglo XIX. -
Dios Padre
Busto del Padre Eterno dispuesto en el ático del retablo mayor. Viste túnica y manto azulado que cruza el cuerpo desde el hombro derecho. Su rostro, de anciano venerable, va caracterizado por una barba grisácea y una cabellera de idéntico color y marcadas entradas. Sus facciones, redondeadas, de ojos saltones y rostro inexpresivo parecen típicas del maestro que talló la imaginería del retablo. En su mano izquierda porta el orbe, mientras con la derecha se muestra en actitud de bendecir. -
Ánimas del Purgatorio
Relieve de forma octogonal que incide en la iconografía de las Benditas Ánimas del Purgatorio ya recurrente en este templo (cuadro de ánimas, insignia, limosnera...). La mitad inferior del tablero se llena con tres personajes que asoman entre las llamas. Mientras de la mitad superior descienden del cielo dos ángeles que intentar rescatar a los anteriores. Su ejecución resulta bastante floja, a lo que no ayuda el mal estado de su policromía. -
Santo Obispo ¿San Julián?
A sabiendas de que la localidad de Lombillo tuvo devoción a san Julián, a quien había dedicado una Cofradía y un hospital (de Nuestra Señora y de San Juliano), puede plantearse que este santo obispo sea, en realidad San Julián, si bien en las iglesias del entorno también se han localizado retratos de San Blas y San Nicolás. Es una imagen correcta, con ciertas concomitancias con la de Santiago Peregrino, por lo que su cronología será anterior a la del propio retablo. Su efigie no presenta novedad alguna respecto a la común en la dignidades eclesiásticas, con alba, estola, capa pluvial y mitra con ínfulas. Con la mano izquierda sujeta un libro cerrado y con la derecha un báculo, al que se le ha repuesto parte del varal. Muestra rostro despejado, de facciones blandas y mira al frente. Lamentablemente su policromía está deteriorada y bastante sucia, lo que no contribuye a poder apreciar al talla en su toda su dignidad. -
Virgen de la Encarnación
Si nos atenemos a la descripción qu de la misma hace Voces Jolías, esta imagen sería una Virgen de la Encarnación (titular de la ermita), cuya extraña pose sería la recibir el Espíritu Santo, de hinojos y con las manos extendidas. En efecto, se arrodilla sobre una especie de nubes, arremolinándose su manto a ambos lados del cuerpo. Flaquea el maestro en el tratamiento de los plegados, siendo los de la túnica paralelos y anodinos. El rostro, redondeado y de facciones regordetas, resulta también bastante inexpresivo, ciñéndose por una toca blanca que cae por delante y por detrás de los hombros. Su policromía, a base de motivos vegetales y rocallas, comulga perfectamente con la cronología de la talla, por lo que serán coetáneas. -
Santiago el Mayor
La mejor escultura del retablo mayor de Lombillo es este Santiago Peregrino, ubicada en la hornacina lateral izquierda. Vista el característico atuendo romero, con túnica ceñida, manto que le cubre hasta los tobillos y sombrero de ala ancha. Además, muestro los atributos habituales del santo: pies descalzos, libro abierto en su mano izquierda, bordón en la derecha y concha en el frente del sombrero. Su rostro, enjuto, comulga con la anatomía magra del personaje, que luce barba y larga melena. Su composición general es elegante, llamando la atención especialmente lo marcados pliegues del frente del manto, con ciertas reminiscencias tardogóticas. -
Ara del retablo de las Ánimas
Pieza cuadra de mármol, con la particularidad que muestra sus aristas biseladas. Conserva sello episcopal y sepulcro circular. -
Puerta del sagrario del retablo de las Ánimas
Puerta rectangular, flanqueada por dos plafones de idéntico formato con tornapuntas vegetales. Toda elal está dorada y en su frente se muestra el Agnus Dei y la paloma del Espíritu Santo rodeada de nubes. En el interior, un sencillo damero de escaques dispuestos en ángulo, nada que ver con la rica ornamentación grabada que se realizó en el interior del sagrario, donde resulta visible una gran custodia de mano, rodeada de rocallas y rameados vegetales.