La memoria de los pueblos

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  • Libro de bautismos de Valdefrancos (1547-1659)

    Hasta 1870, año en que aparece en España el Registro Civil, las únicas fuentes de información biográfica de la gente común son las ofrecidas por los libros sacramentales, que cada parroquia se encargaba de apuntar y custodiar. Tales libros fueron impuestos a partir del Concilio de Trento (a mediados del siglo XVI), si bien en la corona de Castilla ya el cardenal Cisneros, medio siglo antes, había impulsado esta costumbre. Gracias a ellos conocemos fecha de nacimiento, filiación, fechas de matrimonio y defunción de cada persona nacida en un lugar. La pérdida o destrucción de uno de estos libros supone acabar con la memoria de todos los nombres propios que recogía tal volumen, nombres de mujeres y hombres que construyeron la historia, modelaron el territorio, cuya única vez que figuró su nombre por escrito fue precisamente aquí. Este libro recoge los nacimientos acaecidos entre 1547 y 1659.
  • Libro de cuentas, acuerdos y nombramiento de mayordomos y más oficios para la fábrica de la iglesia de Nuestra Señora de Vizbayo

    Los llamados "libros de fábrica" son libros de contabilidad con que las parroquias registraban, entre otras cuestiones, las entradas y salidas de dinero (o de granos) con las que contaba. Llevar bien las cuentas era una responsabilidad del párroco y de un mayordomo, dignidad en la que se turnaban los vecinos instruidos del pueblo, que habian de saber leer, escribir y entender de cuentas. Estos libros también suelen recoger los mandatos producto de las visitas pastorales. Por ambas cosas son de gran interés para la investigación histórica, pues las reformas del edificio, la compra de bienes muebles, o las cuestiones más acuciantes por las que pasaba la parroquia quedan allí registradas. Este libro recoge información que se extiende entre los años 1744 y 1826.