Perpetuas devociones

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  • Santos Justo y Pastor

    San Justo y san Pastor, ambos con palmas y el primero con libro abierto se muestran de pie en primer plano, con inscripciones identificativas (parcialmente conservadas las letras del primero) en sus nimbos dorados y en composición especular. Unifica su representación los mantos rojos y sus pies descalzos, y se diferencian por el distinto color de sus vestidos. Se observa algo forzada la faz de san Justo. El fondo de la composición se divide en dos partes: un sumario paisaje de montañas arriba, y una terraza poco detallada, donde se disponen los santos.
  • San Mamed

    Escultura de bulto redondo de San Mamed, que según parece ocupó alguna de las hornacinas del retablo mayor. El santo se alza sobre una peana circular y describe un característico perfil ahusado. Viste túnica dorada y ampuloso manto que se descuelga desde su hombro izquierdo para cubrir la figura hasta los pies. Los plegados, redondeados y pesados se acumulan en el flanco izquierdo de la imagen dado el contrapposto que describe y la rodilla correspondiente que se muestra al paso. El solemne rostro del santo, seco e inexpresivo, muestra barba, rizados cabellos, y marcadas facciones. Como atributos conserva un libro abierto sobre la mano derecha y lo que llevara en el brazo izquierdo lo desconocemos dado que se ha repuesto en su totalidad. Su estofado es coetáneo y de buena calidad, si exceptuamos el reverso de talla, que parece repintado con una labor de brocados.
  • San Bartolomé ("San Bartolo")

    Talla del titular de la parroquia ataviada con sus atributos iconográficos más habituales: el cuchillo aludiendo a su martirio y una diablesa atada con una cadena a sus pies. El santo aparece en pie, vestido con túnica y manto de abundantes plegados. Su rostro, alargado y de flácidas carnes, lleva barba y cabellera acaracolada. Bajo la túnica asoman sus pies desnudos
  • San Juan Bautista

    Interesante talla del Precursor, quizá la más interesante del retablo mayor de San Clemente. Viste túnica que le llega hasta las rodillas y manto que cubre su hombro izquierdo y se recoge sobre su cintura ocultando parcialmente el resto del cuerpo. Su representación se atiene a los postulados más convencionales, portando sobre su mano izquierda un libro con el Agnus Dei , al que señala con el índice de mano diestra. Su rostro, de despejadas facciones, se enmarca por una melena de ondulantes mechones y una barba de remates filamentosos. Resta por señalarse la presencial del demonio tentador junto a sus piernas. Aunque se ha repintado por completo mantiene su carácter, incluso en el intento por aportar esa imagen de pelaje animal en el remate del manto.