Bienes arquitectónicos

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  • Salas de los Barrios. Iglesia de San Martín

    La iglesia de San Martín está situada entre Salas de los Barrios y Lombillo. Se trata de un gran edificio, de compleja historia, que según los testimonios documentales llegó a pertenecer al priorato de Compludo.
  • Lombillo. Ermita de Nuestra Señora de la Encarnación

    La pequeña ermita de Lombillo hace las veces en realidad de iglesia parroquial al compartir el templo de San Martín -verdadera parroquia- con la vecina localidad de Salas de los Barrios. Se trata de un recogido edificio de planta rectangular, construido en sillarejo y mampuesto, si exceptuamos ciertos refuerzos de sillería que se disponen en los puntos estructuralmente más débiles del edificio. Los muros laterales son totalmente lisos, con alguna pequeña ventana a la altura del presbiterio y sendos contrafuertes que marcan el paso a la capilla mayor. Su cabecera es cuadrangular y su testero recto. Ninguna concesión a lo decorativo encontramos en esta parte del edificio. Más relieve adquiere la fachada principal, con arco de medio punto de buenas dovelas en su centro y sobre ella una minúscula hornacina y una ventana rectangular que aporta luz tanto al coro como a la oscura nave. Por diversos desconchones y catas realizadas en este frente es apreciable que el material con que se construyó es idéntico al resto del templo, aunque aquí se encuentra mayormente oculto por un grueso revoco. Corona la fachada una moderna espadaña de piñón triangular, moldura separadora y remates ornamentales concebida para alojar una única campana en su tronera de arco de medio punto. El sobrio interior, cubierto a dos aguas y con techumbre de yeso en la nave y con armadura de madera en la cabecera, hermana bien con el exterior. A pesar de ello, conserva un conjunto retablístico de interés, con tres piezas de época barroca, en la que el mayor descolla por su buena hechura y por la inclusión en su imaginería de imágenes de cronología anterior que quizá nos estén hablándo de un retablo anterior o incluso de un edificio primitivo.
  • Villar de los Barrios. Ermita del Santo Cristo

    A la entrada de Villar de los Barrios nos recibe la Ermita del Santo Cristo, edificación de 1627, reformada en 1830. Al exterior, su sobriedad va condicionada por el áspero aparejo de su fábrica, a base de una mezcla de sillarejo y mampostería cuarcítica, con sillares de correcta labra en caliza y granito para vanos, esquinas, y cornisas. Al exterior se manifiesta su sencilla planta, pese a la adición de diversos volúmenes a su alrededor. El cuerpo central corresponde a la nave, de notable desarrollo tanto en altura como en longitud. Al norte se añadió un amplio pórtico para cobijar a los fieles durante las celebraciones, abierto con tres arcos a septentrión y otro más al oeste. A la izquierda del pórtico, una gran construcción de forma cúbica corresponde a la sacristía. Tanto esta, como la propia cabecera del templo se manifiestan en el alzada oriental, con su característicos aparejo y tres ventanas rectangulares, dos pertenecientes al primer espacio, otra al camarín adosado al testero. La amplitud de este último se percibe en el alzado sur puesto que el cuerpo de la iglesia es ligeramente más ancho que el espacio añadido. Pero el punto más llamativo de la ermita es su fachada oeste, erigida en distintos materiales y articulada principalmente en dos cuerpos. El inferior se abre por medio de una fachada clasicista con pilastras lisas, arco de medio punto sobre impostas molduradas, arquitrabe próximo a las formas canónicas y tímpano triangular partido en su centro para albergar una pequeña hornacina. Aunque a mitad de este cuerpo encontramos un ligero resalte, lo cierto es que el corte no se produce hasta unas hiladas más arriba, conde una imposta lisa y saliente anuncia el arranque de la espadaña. En ella encontramos balcón volado, y dos cuerpos de troneras el primero con dos huecos y el segundo con uno y de menor tamaño. Como si de una superposición de piezas se tratase, en esta ascensión encontramos aletones laterales, molduradas recercadas y pirámides vignolescas. Al interior, la arquitectura resulta igualmente sobria, con muros parcialmente encalados, excepto donde se muestra la sillería, que corresponde a las pilastras que compartimentan la nave en tres tramos mas la cabecera y el camarín. Su cubierta se efectúa por medio de bóvedas de lunetos lisas, de yeso, algún tramo de cañón y una cúpula de media naranja en el espacio del trasaltar. Frente a esta sobriedad desborda el conjunto mobiliario, una soberbia colección de retablos barrocos y rococós, próximos en cronología y ricos en iconografía y tipología. Especialmente relevante es el de la capilla mayor, a modo de retablo transparente y donde se ubica la imagen titular del templo.
  • Villanueva de Valdueza. Iglesia de la Asunción

    Edificio de origen románico, adornado en su interior de pinturas murales góticas. En su altar está enterrado Lope García de Castro, Virrey del Perú y natural de esta villa. Destaca por la riqueza de sus bienes muebles y por albergar la talla de la Guianina. Al interior se aprecia perfectamente su estructura básica de iglesia de nave única cubierta con armadura de madera, capilla mayor semicircular cubierta con bóveda y capilla anexa frente a la puerta de acceso. Conserva tres retablos barrocos, el mayor y dos colaterales.
  • Compludo. Iglesia de los Santos Justo y Pastor

    Edificio de una sola nave, con cabecera de planta recta y espadaña a los pies. En su interior se compone de una cabecera que se separa de la nave mediante un arco de gloria de medio punto (deformado y con alguna cuña) cuya rosca exhibe la sillería. La nave se articula en dos tramos divididos por un arco fajón de medio punto, enlucido. Abre al norte del primer tramo de la nave una capilla de patronato desconocido (a pesar de su escudo), presidida por el retablo del Santo Cristo (situado sobre el hastial norte), y al sur de dicho tramo una sacristía, anexa a la cabecera. Cubre la cabecera con bóveda nervada de crucería, con terceletes y combados; una armadura de madera (siglo XX) en el primer tramo de la nave, y simplicísima cubierta de madera en el segundo. La capilla lateral lo hace con bóveda de cañón de eje paralelo a la nave. El edificio se levantó en mampostería, posteriormente enlucida, si bien hace ya algún decenio se desolló su hastial occidental, eliminando con ello parte de su tipicidad. La espadaña dispone de dos troneras y remata en agudo piñón, como es costumbre en la tradición constructiva de la región. Conserva en el ábside el retablo mayor (Santos Justo y Pastor). En el muro sur del presbiterio, el retablo de la Virgen del Rosario. En el primer tramo de la nave del muro norte, el retablo de la Inmaculada, y en la capilla septentrional, el retablo del Santo Cristo. Debe datar de principios del siglo XVI, sin que deba vincularse con el antiguo monasterio del que hablan las fuentes, fundado por san Fructuoso.
  • Valdefrancos. Iglesia de San Bartolomé

    Parroquia de la pequeña localidad de Valdefrancos, ubicada en la margen izquierda del rio Oza que divide la población en dos. Dedicada a San Bartolomé, se erigió entre los siglos XVII y XVIII. Al exterior llama la atención su correcta fábrica y su esbelta espadaña. Y en su interior se conserva un interesante retablo mayor de factura barroca, labrado a mediados del siglo XVII con una Inmaculada de modelos fernandescos y un curioso programa iconográfico dedicado a la orden de San Francisco. Además de este conjunto conserva otra pareja de retablos elaborados entre los siglos XVII y XVIII, de dispar interés y estado de conservación. En uno de estos se exhibe la imagen del titular de la parroquia, conocido popularmente como "San Bartolo".