Bienes históricos y artísticos

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  • Santo Obispo ¿San Julián?

    A sabiendas de que la localidad de Lombillo tuvo devoción a san Julián, a quien había dedicado una Cofradía y un hospital (de Nuestra Señora y de San Juliano), puede plantearse que este santo obispo sea, en realidad San Julián, si bien en las iglesias del entorno también se han localizado retratos de San Blas y San Nicolás. Es una imagen correcta, con ciertas concomitancias con la de Santiago Peregrino, por lo que su cronología será anterior a la del propio retablo. Su efigie no presenta novedad alguna respecto a la común en la dignidades eclesiásticas, con alba, estola, capa pluvial y mitra con ínfulas. Con la mano izquierda sujeta un libro cerrado y con la derecha un báculo, al que se le ha repuesto parte del varal. Muestra rostro despejado, de facciones blandas y mira al frente. Lamentablemente su policromía está deteriorada y bastante sucia, lo que no contribuye a poder apreciar al talla en su toda su dignidad.
  • Virgen de la Encarnación

    Si nos atenemos a la descripción qu de la misma hace Voces Jolías, esta imagen sería una Virgen de la Encarnación (titular de la ermita), cuya extraña pose sería la recibir el Espíritu Santo, de hinojos y con las manos extendidas. En efecto, se arrodilla sobre una especie de nubes, arremolinándose su manto a ambos lados del cuerpo. Flaquea el maestro en el tratamiento de los plegados, siendo los de la túnica paralelos y anodinos. El rostro, redondeado y de facciones regordetas, resulta también bastante inexpresivo, ciñéndose por una toca blanca que cae por delante y por detrás de los hombros. Su policromía, a base de motivos vegetales y rocallas, comulga perfectamente con la cronología de la talla, por lo que serán coetáneas.
  • Santiago el Mayor

    La mejor escultura del retablo mayor de Lombillo es este Santiago Peregrino, ubicada en la hornacina lateral izquierda. Vista el característico atuendo romero, con túnica ceñida, manto que le cubre hasta los tobillos y sombrero de ala ancha. Además, muestro los atributos habituales del santo: pies descalzos, libro abierto en su mano izquierda, bordón en la derecha y concha en el frente del sombrero. Su rostro, enjuto, comulga con la anatomía magra del personaje, que luce barba y larga melena. Su composición general es elegante, llamando la atención especialmente lo marcados pliegues del frente del manto, con ciertas reminiscencias tardogóticas.
  • Ara del retablo de las Ánimas

    Pieza cuadra de mármol, con la particularidad que muestra sus aristas biseladas. Conserva sello episcopal y sepulcro circular.
  • Puerta del sagrario del retablo de las Ánimas

    Puerta rectangular, flanqueada por dos plafones de idéntico formato con tornapuntas vegetales. Toda elal está dorada y en su frente se muestra el Agnus Dei y la paloma del Espíritu Santo rodeada de nubes. En el interior, un sencillo damero de escaques dispuestos en ángulo, nada que ver con la rica ornamentación grabada que se realizó en el interior del sagrario, donde resulta visible una gran custodia de mano, rodeada de rocallas y rameados vegetales.
  • Retablo de las Ánimas (retablo mayor)

    Recuerda la tipología de este retablo, tanto en sus formas como en sus soportes a uno de los laterales (sin policromadas) de la iglesia de San Martín de Salas de los Barrios. En él se integraron, además, imágenes de distintas épocas, quizá procedentes de retablos ya desaparecidos o incluso de otros edificios (hospitales, por ejemplo). El basamento va jalonado por ménsulones y niños atlantes, mientras que el cuerpo principal se divide entre calles mediante finas columnas salomóncias y soportes abalaustrados. El ático, de cierto desarrollo, muestra en su centro un relieve octogonal de las Benditas Ánimas y dos aletones en los laterales. Tres son las imágenes de bulto que llenan las hornacinas en arco de medio punto que completan en cuerpo central. Respecto a la decoración secundaria abundan los motivos fitomorfos, todos dorados, que se mezclan con una superficie de colores lisos próxima a los gustos del siglo XIX a base de marmoleados y jaspeados.
  • Piezas sueltas y fragmentos de retablos

    Piezas de madera pertenecientes a distintos retablos e imágenes y no todas asignables e identificables en cuanto a su origen. Entre ellas encontramos molduras, rocallas, exornos vegetales e incluso un pequeño ala perteneciente a algún angelito
  • Copón

    Copón de pie abullonado de tres alturas, las dos exteriores de perfil recto, la central convexa. En el centro se ajusta el astil, de nudo ajarronado, gollete de tipo carrete y cuello troncocónico para dotarle de cierta esbeltes. La copa tiene perfil cilíndrico, roto únicamente por la pestaña que aflora en su parte superior y que sirve para encajar la tapadera. Esta última se asemeja a la propia basa del copón, pero con un remate cupulado en que encaja una pequeña cruz latina de travesaños diédricos y remates esféricos. Llama la atención la mezcla de materiales utilizada, lo que quizá explique también la soldadura a la altura de la copa, única parte de plata pues el resto es de bronce.