Hachero de vástago torneado y pie triangular con remates tornapunteados. La sucesión de molduras cóncavo-convexas de distinto tamaño se interrumpe por un inexpresivo rostro masculino con detallada barba y melena corta. Se encuentra parcialmente repintado.
Crucificado de bulto redondo sobre cruz de talla carente de títulus. El Cristo se acerca a los postulados romanistas emanados desde Astorga, con una amplia anatomía y un paño de pureza reducido y atado mediante un cordón bajo la cadera derecha. El ligero balanceo del cuerpo nos presenta a un maestro de cierta solvencia, como también se revela en el trabajo del rostro. Su cabello y barba, trabajado con cierto detalle deja una larga guedeja en el lado derecho que cae sobre el hombro y el pecho. Los brazos se disponen próximos a la horizontal.
Escultura del arcángel San Miguel vestido como celestial soldado que vence al demonio. Así, porta armadura completa, sin yelmo, y capa roja sujeta en el pecho con un prendedor. En la mano izquierda sujeta una cruz, repuesta, que en origen sería una lanza para abatir al demonio que yace tumbado a sus pies. Resulta bastante similar a la otra talla homónima que conserva la parroquia, pero su calidad resulta ligeramente inferior en todos los sentidos.
Rosario de pasta vítrea con misterios de filigrana de plata. En su parte inferior el Ave María recoge el anagrama mariano, realizado también en filigrana. La cruz de remate lleva crucificado de bulto, todo ello según modelos de cronología anterior.
Collar de cuentas desiguales de vidrio del que penden tres joyeles o relicarios, dos circulares y uno oval. En el interior de los mismos pueden reconocerse grabados de diversa temática.
Cuarto lunar fabricado con chapa de plata martilleada para adoptar esa forma biselada. En su parte inferior se aplicó un cabeza de querubín fundida, cuyas alas se unen por una especie de rocalla.
Corona real cerrada perteneciente a la Virgen del Rosario. Se compone de aro liso flanqueado por dos pestañas salientes, cuerpo bulboso de remate mixtilíneo y cuatro imperiales que se unen mediante orbe y cruz terminal. Imperan los motivos rococós a base de ces, tornapuntas, rocallas y elementos florales.
Imagen de bulto redondo de la Virgen del Rosario adscribible a la corriente romanista escultórica emanada desde Astorga. La Virgen va en pie, con un ligero contrapposto y alabeo hacia la derecha, y porta al Niño sobre su brazo izquierdo. En su perfil, ligeramente ahusado, contribuye el ampuloso manto con que se cubre y oculta parcialmente la túnica con que se viste. El inexpresivo rostro de la Virgen va ceñido por un largo velo bajo el que asoma una melena negra y ondulada.
Destaca por encima de todo el extraordinario estofado con que se adornó toda su vestimenta.