Bienes históricos y artísticos

Conjunto de fichas

Fichas

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  • Exvoto de cabeza femenina

    Pieza de cera con forma de cabeza femenina realizada a molde. Tiene bien detallado su rostro y su peinado. En la actualidad se encuentra vinculada como exvoto a la talla de Jesús Nazareno.
  • Basamento del retablo de San Antonio

    En el centro del basamento se insertó una pequeña tabla, hoy jaspeada, en cuyo centro se grabó y pintó un corazón en color rojo.
  • San Jerónimo penitente

    Relieve rectangular que representa a San Jerónimo en una de sus facetas más habituales, la de penitente. El personaje se muestra de rodillas, parcialmente desnudo al haber retirado las vestiduras de su pecho para golpearse con la piedra que porta en su mano derecha. Mientras, con la izquierda sujeta un libro abierto que reposa sobre una mesa junto a otros de distinto tamaño pero de idéntico aspecto. Bajo la mesa figura otro de los atributos más habituales del santo, un león que solía acompañarle. En su imagen de anacoreta aparecen también las vestiduras cardenalicias, como el capelo que reposa sobre las rocas del fondo de la escena. Dentro de la escasamente conseguida perspectiva se arremolinan varios árboles, nubes, rocas, e incluso una trompeta celestial, recuerdo del ángel que se le apareció mientras meditaba en su retiro anunciando el Juicio Final. En general es un tablero discreto, no mal resuelto en el protagonista, aunque con evidentes carencias en el resto.
  • San Antonio

    Imagen del titular del retablo dispuesta sobre un fondo policromado, de apariencia textil, con flores, frutos y tornapuntas bícromos. La talla recoge al santo en su habitual representación, en pie, con hábito monacal franciscano ceñido a la cintura y amplia tonsura. En su mano diestra llevaría un atributo hoy perdido y sustituido por una rama de flores; en la izquierda el recurrente libro sobre el que se asienta la figura del Niño Jesús. El trabajo de su rostro, bastante inexpresivo, pero de rasgos duros, y el metálico tratamiento de los plegados, sitúan esta imagen entre los últimos coletazos del romanismo y los comienzos del barroco.
  • Retablo de San Antonio

    Retablo compuesto de dos cuerpos de dispar factura, el inferior contrarreformista el superior barroco, ensamblados seguramente como partes de un mismo conjunto a fines del siglo XVII. En este último momento se añadiría también el pequeño basamento con rameados vegetales de aspecto carnoso y los aletones con tornapuntas y hojas que pretender dar cierta unicidad a los dos cuerpos. El cuerpo bajo, donde va el titular del retablo consta de dos pares de columnas entorchadas, sustentadas sobre netos y ménsulas, que flanquean una hornacina central. Esta, ha perdido su forma original al modificarse y cerrarse en algún momento relativamente reciente, aunque parece que tuvo forma de arco de medio punto. El cuerpo superior es más sencillo en arquitectura, pero riquísimo en su decoración de cáracter barroco, repartida por toda su superfice a base de aplacados, colgantes, cabezas de querubes... En él, varios pares de pilastras superpuestas, lo que provoca un notable movimiento, enmarcan el encasamiento central, donde se puede reconocer un relieve de San Jerónimo Penitente. Tal y como se configuró el conjunto, este cuerpo alto parece que quedó preparado para recibir imágenes sobre él, lo que no sabemos si en algún momento ocurrió.
  • Desposorios de la Virgen María y San José

    Alto relieve con los Desposorios de la Virgen María y San José. En la parte baja del tablero aparecen los protagonistas flanqueando al Sumo Sacerdote y, alrededor de ellos cuatro personajes más, másculinos y femeninos, que asisten al acontecimiento. El fondo liso y neutro, renuncia a situarnos la imagen en algún marco concreto, de lo que también se vale el relieve de su parte superior, en el que Dios Padre desde un rompimiento de Gloria bendice la unión y se hace rodear por una pareja de ángeles que portan sendas palmas. Su factura hermana plenamente con la imagen del titular, tanto en el tratamiento de los paños, como en los rostros y actitudes. Todas las imágenes llevan una cuidada policromía con estofaduras de carácter fitomorfo.
  • San Roque

    Imagen de bulto redondo de San Roque, titular del retablo de su nombre. Adopta la característica imagen de peregrino que, en ocasiones, le ha hecho confundirse con Santiago Apóstol. Viste larga túnica marrón ceñida a la cintura y manto con esclavina sobre los hombros. En ella se tallaron una pareja de conchas de peregrino. Luce barba y cabello largo, y se toca con sombrero de ala. En su mano izquierda porta un cayado con la recurrente calabaza o cantimplora, mientras con la izquierda se recoge las vestiduras dejando ver su llagas sobre la pierna izquierda. Este es un detalle distintivo del santo, como también resulta la presencia de un perro que acerca a lamerle sus heridas. Es talla barroca, de abundantes y duros plegados y rostro hierático con ojos de pasta vítrea.
  • Retablo de San Roque

    Retablo barroco formado por un único cuerpo y ático bien desarrollado. Todo el conjunto se alza se sobre desarrollado y movido basamento. Su cuerpo se organiza mediante pilastras cajeadas y columnas salomónicas para flanquear la hornacina central. En esta y bajo un extraño remate de carácter más bien rococó, se dispone el santo titular. Tiene forma de arco de medio punto y pilastras sustentantes lisas. Por su parte, el ático adquiere un carácter similar, muy movido y con pilastrones repletos de colgantes de frutas y otros ornatos barroquizantes. En el centro, bajo una tarja vegetal se dispone un alto relieve con los Desposorios de la Virgen y San José. Su coronamiento adquiere forma de arco muy deprimido. Todo el conjunto se policromó en los habituales tonos de la época, rojos, verdosos y azules, con una sobreabundancia de dorados para los motivos ornamentales. Llama la atención el aspecto de los guardapolvos o pulseras del cuerpo inferior, gemelos a los del retablo de San Antonio de Padua.