Los llamados "libros de fábrica" son libros de contabilidad con que las parroquias registraban, entre otras cuestiones, las entradas y salidas de dinero (o de granos) con las que contaba.
Llevar bien las cuentas era una responsabilidad del párroco y de un mayordomo, dignidad en la que se turnaban los vecinos instruidos del pueblo, que habian de saber leer, escribir y entender de cuentas. Estos libros también suelen recoger los mandatos producto de las visitas pastorales.
Por ambas cosas son de gran interés para la investigación histórica, pues las reformas del edificio, la compra de bienes muebles, o las cuestiones más acuciantes por las que pasaba la parroquia quedan allí registradas.
Este libro recoge información que se extiende entre los años 1744 y 1826.
Virgen presentada de pie, con cabello natural de abundante volumen, y mirada elevada en actitud patética, reforzada por los brazos levantados y las desproporcionadas manos.