Bienes históricos y artísticos
Conjunto de fichas
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- Descripción
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Bienes históricos y artísticos
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Colección de bienes históricos y artísticos de la Tebaida Berciana.
Fichas
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Cristo camino del Calvario
Un arco de medio punto cobjia una cuidada composición con Cristo en primer plano, con salpicaduras de sangre producidas por la corona de espinas, ataviado con vestido pardo-grisáceo, sosteniendo una pesada cruz (que se aviene mal con el marco). Simón de Cirene, con un vestido azul turquesa (el mismo color del dosel de la Santa Ana triple) le ayuda en la penosa obligación. De fondo, dos cabezas de sayones vigilan la escena, encajadas como se pudo en el espacio disponible. En este caso, la corpulencia queda para el Cirineo, cuya postura es frontal, quedando la figura de Cristo a su lazo, estilizada. -
San Martín compartiendo su capa con el pobre
Además de la talla titular del retablo mayor, uno de los tableros con relieves se reserva a un episodio de la hagiografía del santo de Tours, concretamente al célebre pasaje en que san Martín detiene el paso del corcel blanco que cabalga para partir su capa y favorecer a un pobre entregándole la mitad. El tablero se dedica por entero a la escena, sin arco que lo enmarque. La figura del santo, ataviado cual caballero renacentista encima de un simpático caballo, ha perdido la espada que portaba en su mano derecha, con la que había de cortar una capa roja en pleno vuelo, ardid para que a la distancia a que había de contemplarse esta escena pudiera entenderse. La funda de la espada la lleva colgando de la cintura, mientras un pobre a sus pies, arrinconado en una esquina y representado con los convencionalismos feístas, espera su dádiva. Por encima, y en dorado, un arbolito y unas sucintas casas ofrecen el entorno periurbano en que se desarrolla la escena. -
Magdalena penitente
Enmarcada por un arco de medio punto, con decoración pintada en sus enjutas con cabecitas de ángeles, una corpulenta Magdalena se muestra arrodillada, con forzada adecuación al marco. Dos arbolitos insinúan un paisaje natural (un bosque) en que el pena sus pecados la arrodillada, de largos cabellos dorados y sueltos, que apreta contra su cuerpo una calavera con su mano derecha mientras mira al cielo a la aparición de un Crucificado. Se atavía con un vistoso vestido rojizo y azulado, cuajado de flores estampadas que deja descubierto uno de sus pechos entre sus mechones. Atuendo y disposición componen una escena de acusada sensualidad. La monumentalidad de la figura, muestra la influencia de Gaspar Becerra, y la recepción de los modelos miguelangelescos. -
Santa Ana triple
Destaca este tablero del conjunto por el cortinaje que forma el fondo de la escena, pintado de intenso color azul turquesa. Muestra a Santa Ana y a la Virgen que, sentadas, entre ambas sostienen a un pequeño Cristo ataviado con un llamativo vestido de color rojo con estampados florales. También estampado es el vestido virginal, en tonos claros por debajo del manto azul con forro rojo. El vestido de santa Ana es más discreto. Madre e hija, tocadas, dirigen al infinito sus miradas, sin cruzarse. Madre e Hijo llevan cabellos dorados. Como apuntábamos, la escena destaca por el color del cortinaje de que se forma el dosel bajo el que se encuentra la Familia. -
Santiago apóstol
Santiago, barbado, con semblante serio, frontal, y con una pierna ligeramente avanzada, se muestra como apóstol. Lleva un sombrero troncocónico (en el que no se han conservado atributos, si llegó a tenerlos). Sobre su vestido se dispone un manto, con prendedor sobre el hombro izquierdo que permite plegar el manto de manera eficaz. Lleva un libro cerrado en su mano derecha. La pérdida del brazo izquierdo priva a la escultura de la proporción y movimiento que tendría en su momento. Aunque su manto cae hasta el suelo, se descubre su peana. -
San José con el Niño
Conjunto escultórico de José con Niño de interesante juego de volúmenes y composición piramidal. San José, con mirada hacia arriba, con barba y cabellos al viento, dorados todos, está de pie. Su atavío lujoso se compone de vestido de colores ocres, estampado y abotonado en su parte superior, bajo una capa con mucho vuelo, roja en su parte exterior y azul en su forro, una y otro con mucha presencia. Con su brazo izquierdo sostiene al Niño (vestido con un constrastante atuendo blanco estampado), que, sentado sobre dicho brazo, juguetea serio tocando el cabello de su padre. El del Niño es también dorado. Por su parte, el padre le toca suavemente el pie con la mano que le queda libre. Se asienta la talla sobre una peana solidaria inscrita en los tres lados visibles. -
San Bartolomé
Santo de pie, con disposición frontal mitigada por el suave escorzo del cuerpo y el movimiento de sus brazos. De la indumentaria destaca el vestido, que le cubre hasta los pies, estampado, y el manto de forro azul que se cae por el hombro derecho. El santo, barbado y con cabello corto crespo, levanta su brazo derecho, en cuya mano se ha perdido el atributo que portaba, un cuchillo seguramente. La mano izquierda, avanzada, agarra una cadena que sujeta por el cuello a un horroroso demonio negro tumbado que yace a los pies del santo (este, de hecho, le pisa), haciéndole de gran peana. Todos los atributos conducen a la representación de San Bartolomé, por lo que desconocemos por qué en la peana, con letras góticas, se habla de san Roque, pues ninguno de los símbolos parlantes de este están reproducidos en la talla. -
Misa de san Gregorio
Es uno de los pocos tableros de este retablo que se compone sin arco de medio punto que lo enmarque, lo que permite mostrar a seis sacerdotes revestidos de blancas capas pluviales y con amplia tonsura (un oficiante que levanta una visible Hostia, y cinco concelebrantes) que asisten arrodillados al milagro de la aparición de Cristo, que entre sus "arma" se visibiliza en una de las esquinas superiores de la escena. Una cruz patriarcal portada por uno de ellos se sitúa en el mismo nivel que la divina aparición.