Bienes históricos y artísticos

Conjunto de fichas

Fichas

Búsqueda avanzada
  • Relieve: San Mateo y san Marcos

    San Mateo: Relieve enmarcado en un óvalo de talla dorado y policromado. El santo está sentado, escribiendo el Evangelio sobre un largo pergamino que le dicta un joven alado, que alude a su símbolo identificativo, mientras le sostiene el tintero. Expresión más adusta la del evangelista que la de su acompañante. San Marcos: San Juan: Relieve enmarcado en un óvalo de talla dorado y policromado. El evangelista Marcos se sienta sobre el león, símbolo que le identifica. Desarrolla otro pergamino sobre un interior arquitectónico del que al fondo se ven detalles.
  • Relieve: San Esteban

    El santo se enmarca en un arco de medio punto y se presenta de pie, con gesto adusto, marcados pómulos y amplia tonsura. Porta en su mano derecha un libro cerrado y una palma martirial. Con la opuesta se recoge el extremo de la dalmática, que contiene los panes que habrá de dar a los pobres.
  • Relieve: San Juan y san Lucas

    San Juan: Relieve enmarcado en un óvalo de talla dorado y policromado. San Juan, sentado e imberbe (el único de los cuatro), escribe el Evangelio en actitud absorta. El águila que lo identifica le observa detenidamente mientras mantiene el tintero en el pico. Al fondo, paisaje tanto natural como urbano en que descolla un edificio religioso y una estilizada torre. San Lucas: Relieve enmarcado en un óvalo de talla dorado y policromado. El santo se sienta sobre el toro que lo identifica. Mira de soslayo al espectador mientras sostiene el Evangelio. Un fondo urbano con protagonismo da profundidad a la escena, avivada por los pliegues de su vestido y mando, al aire este último.
  • Relieve: San Ambrosio

    Voces Jolías ha propuesto que se trate de un pasaje de la iconografía de san Ambrosio (frente a otra propuesta que afirmaba que era san Leandro).
  • Retablo de la Piedad

    Retablo mayor, de profusos relieves, talla y pintura. Compuesto de banco, dos cuerpos y ático, en horizontal, y tres calles en vertical de estructura simétrica, flanqueadas por polseras. Los relieves se concentran en el banco y ático (Padre Eterno), la calle central se ocupa con tallas y las laterales con tablas pintadas. En el banco se suceden representaciones de doctores, evangelistas y mártires. La calle central reserva su encasamento central a una Piedad y la superior a la Asunción. El resto del programa iconográfico se reserva a episodios de la vida de María, con la excepción de las laterales del primer cuerpo que se dedican a episodios cristológicos. Dos tallas en bulto de Pedro y Pablo se sitúan por debajo de cada polsera.
  • Pintura mural casquete absidal

    Cuando se intervino el retablo mayor (1992-1993) aparecieron antiguos revestimientos del casquete absidal. Dos, concretamente. El más antiguo, que parece que se conserva por entero, es un efectista fondo de color teja interrumpido por el despiece pintado de sillares, delineado por línea simple blanca. Es probable que esta decoración fuera la que inauguró la renovada iglesia a mediados del siglo XVI. Por encima de este enlucido se pintó (quizá en el siglo XVIII) un cortinaje, del que hoy apenas resta la mancha de color anaranjado que constituiría el fondo de lo que se ve con las cortinas abiertas. Se han perdido todos los detalles. Se conservan dos líneas negras perimetrales festoneadas que es difícil asegurar si pertenecen a alguna de estas dos decoraciones murales (posiblemente a la dieciochesca) o a otras que históricamente hubiera.
  • San Pablo

    Pintura sobre tabla que representa una cabeza de perfil (no corresponde exactamente con la pareja de San Pedro, que muestra parte del pecho) de San Pablo, calvo, con abundante barba y semblante serio. Se advierte la empuñadura de una espada (su atributo martirial) que sujeta con su mano izquierda.