Bienes históricos y artísticos

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  • Inmaculada Concepción

    Como en el ya referido san Antonio de Padua, la imagen de la Inmaculada Concepción compendia extraordinariamente bien los estilemas que Gregorio Fernández ideó para esta iconografía mariana: el perfil piramidal, la postura de las manos de la Virgen, la disposición de la cabeza y los cabellos, el tratamiento alatonado de los pligues y las abolladuras en el exterior del manto... Desde luego, quien la labró conocía alguna escultura fernandesca o del taller del escultor lucense. Es cierto que aquí el trabajo de los pliegues resulta menos elaborado y que el trabajo del rostro no llegó a unas cotas de calidad reseñables. Eso sí, quien policromó y estofó la imagen se empeño a conciencia, pues el trabajo resulta verdaderamente detallista y cuidado.
  • Sierpe de la Inmaculada

    Bajo los pies de la Inmaculado asoma una gran sierpe de madera, exenta y labrada en varias piezas. Entre ellas no encajan, lo que no significa que se haya perdido una intermedia, sino que se pensó para permancer parcialmente oculta tras la escultura y por ello no fue necesario tallarla compelta. La primera pieza recoge la cabeza, con un aspecto casi caricaturesco, la segunda integra la cosa de remate enrollado. Por su parte superior corre una suerte de escama continua. Su policromía es sencilla, tratando de aportar cierto naturalismo al animal.
  • Peana de la Inmaculada

    Basamento sobre el que se alza la escultura de la Inmacuada. Tipológicamente responde a las llamadas de "piedras y gallones", aunque en este caso son esas características costillas la que personalizan el objeto. Con algunas pérdidas, muestra cuatro en los frentes y dos en los costados. El resto del cuerpo presenta molduraciones lisas y aboceladas. Su sencilla policromía, a punta de pincel, combina tonos azulados y rojizos.
  • Frontal del retablo de la Inmaculada

    Banco de forma troncopiramidal pero de costados ondulados y basamento moldurado. El frente muestra recerco de idéntico formato con motivos arrocallados en las esquinas y en su centro. Mientras los bordes y el basamento van jaspeados en tonos versosos y blancos , el centro es de color marrón.
  • Retablo de la Inmaculada Concepción

    Retablo gemelo al de San Antonio de Padua, por lo que para su descripción general remitimos al mismo. Se aludirá aquí únicamente a las diferencias más notables existentes respecto a aquel. La primera atañe a la hornacina central, que es de mayor tamaño, en parte causado por las propias dimensiones de la imagen titular. La primera consecuencia afecta también al tamaño del encasamiento, que rebosa la línea de entablamento del primer cuerpo adentrándose en la del segundo. Es en este último, donde encontramos otra diferencia y en la sustitución del relieve superior por una pintura. Por lo demás nada varía ni en soportes, ni en decoración, ni en tipología.
  • Púlpito (Imagen de la Fe)

    Escultura de bulto redondo de la Fe. Se efigia conforme a los modelos clásicos de estas figuras alegóricas, en pie, vestida de túnica y manto, portando en las manos una cruz y un cáliz con la Eucaristía. Además, como atributo identitario se la representa con los ojos cubiertos por una venda. Su vestimenta combina colores azul, rojo y dorado, aparentemente rematados con exornos a pincel.
  • Púlpito (Tornavoz)

    Sombrero o tornavoz del púlpito. Tiene base octogonal y desarrollo bulboso en altura. La parte inferior es profusa en molduras de carácter geométrica, mientras en cascarón, que mantiene ese perfil octogonal, se llenó con grandes costillas arrocalladas y cartelas de motivos rococós. Todo él va dorado, y sobre el tablero de la base de talló un resplandor del que pende la paloma del Espíritu Santo.
  • Púlpito (Base de la tribuna)

    La base de la tribuna conecta materialmente con el basamento del pie, hallando una pieza granítica labrada en algún momento de la Edad Moderna, seguramente del siglo XVII. De su parte inferior nacen una serie de gallones entre los que se tallaron triángulos con su vértices superiores apuntando hacia abajo. Por encima y siendo la misma pieza pétrea se efectuó una sencilla molduración lisa.