Bienes históricos y artísticos
Conjunto de fichas
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- Descripción
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Bienes históricos y artísticos
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Colección de bienes históricos y artísticos de la Tebaida Berciana.
Fichas
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San Tirso
Imagen de bulto redondo de factura bastante popular representando a San Tirso. Viste túnica larga hasta los pies de color azulado ceñida a la cintura y un manto blanco y rojo que cuelga dese su hombre derecho. Sus brazos van elevados, de modo que con la mano izquierda sujeta un libro y en la derecha porta un sierra, instrumento de su martirio. Su rostro juvenil e imberbe va rodeado de una larga melena que le cae hasta los hombros. Bajo la túnica asoman las puntas de su calzado. -
Puerta del sagrario del retablo de San Tirso
En el frente de la puerta se pintó la figura de un Resucitado (Cristo saliendo del sepulcro entre dos soldados). Es una pintura de sencilla factura y muy maltratada por el paso del tiempo. En su reverso luce una composición que imita un tejido de brocados. Lamentablemente la pintura muestra pérdidas en su parte inferior y bastante oscurecida por su oxidación y suciedad -
Sagrario del retablo de San Tirso
El sagrario del retablo de San Tirso está ubicado en el centro de su banco, jalonado por los típicos colgantes vegetales y rodeado por un marco de rectangular de hojas. La puerta adopta forma rectangular. El reverso de la misma va pintado con labores que simulan brocados en color rojo, azul y blanco. Esta decoración se extiende también al interior de la caja, creando una composición que simula una cartela de cueros recortados con la inscripción IHS y diversos ornatos vegetales. Conserva cortinilla textil con cruz sobre calvario. -
Retablo de San Tirso
Retablo barroco de los que comúnmente la historiografía denomina genéricamente churrigueresco por la aparición en ellos de columnas salomónicas y una recargar ornamentación al modo que extendieron los hermanos Churriguera desde Salamanca. Sin embargo, por estas tierras bercianas abundaron también los maestros que hicieron este tipo de máquinas y entendieron bien los artificios de este estilo. En este caso se trata de una pequeña máquina organizada en un único cuerpo con su correspondiente banco y ático de limitada presencia, aunque imbuidos de ese espíritu decorativo tan característico a base de hojas carnosas y motivos fitomorfos dorados. Es el piso principal donde se concentra la iconografía y la decoración, con tres calles separadas por las ya referidas columnas. Las calles laterales tienen encasamientos rectangulares, aunque con unas orejetas superiores que desbordan la línea de la caja, ambas perimetradas por cenefas de hojitas. La calle central se cerraría en arco de medio punto de similar tamaño, pero en el siglo XIX se ocultó mediante un arquete neoclásico añadido con guardamalletas y forma de baldaquino. Su policromía a base de jaspeados, dorados y motivos florales resulta muy llamativa. -
San Antonio de Padua
Otro de los santos franciscanos por antonomasia es el que se dispuso en el costado derecho del retablo del Santo Cristo. Hace pareja con el San Francisco, al que encontramos en lado contrario. Ambos se muestran en pie, al paso, lo que provoca que su hábito se mueva generando un interesante juego en sus pliegues. Su vestimenta va ceñida a la cintura pendiente por delante el correspondiente cordón. Han perdido parcialmente sus atributos iconográficos. En la mano izquierda sólo queda ya el libro (sobre el que iría el Niño Jesús) y en la diestra un resto apenas distinguible de la característica vara de lirios. Su factura es más floja que la de su compañero, e igualmente visible en el rostro, redondeado e inexpresivo. Luce tonsura y dirige la mirada al frente. -
San Francisco de Asís
Uno de los santos franciscanos por antonomasia es el que se dispuso en el costado izquierda del retablo del Santo Cristo. Hace pareja, en realidad, con San Antonio, al que encontramos en lado contrario. Ambos se muestra en pie, al paso, lo que provoca que su hábito se mueva generando profundos claroscuros en sus pliegues. Su vestimenta va ceñida a la cintura pendiente por delante el correspondiente cordón. Muestra las palmas con los estigmas de la Pasión, igual que resulta visible en el pecho la mancha de sangre que mana del costado. Quizá lo menos logrado del conjunto sea la cabeza, de huera expresión y rasgos escasamente definidos. Luce barba, tonsura y dirige la mirada a las alturas. -
Virgen Dolorosa
La pintura que remate el retablo del Santo Cristo se acoge a la iconografía habitual de Virgen Dolorosa, con la característica espada o cuchillo que le atraviesa el corazón. Su representación es en realidad un busto y toda ella va cubierta con un ampuloso manto azulado bajo el que asoma la túnica roja y la toca blanca. Su rostro, de tonalidades nacaradas está representando con notable dulzura. Parece mirarse su mano izquierda, manchada de sangre. Su autor, consiguió un resultado correcto dentro de sus limitadas dotes -
Cristo crucificado
Imagen barroca del Cristo crucificado, de correcta talla, aunque inferior en calidad al de la "Buena Muerte". Este es mucho más frontal y dotado de menor movimiento, no obstante muestra cierto alabeo en las piernas. Su cabez cae sobre el hombro derecho, dejándonos ver el trabajo de su rostro y corona de talla que muestra. Al parecer se procesionó, de ahí la forma de su cruz. Muestra un paño de pureza rectangular, ceñido a las caderas, pendiendo de ambos lados, aunque en mayor medida del derecho. Su estudio anatómico resulta bastante sumario.